domingo, 9 de noviembre de 2008

¿Qué quiero ser de mayor...?

"¿De mayor? "

"¡De mayor yo quiero ser como mis yayas de Gandía!"

De mayor quiero ser como cualquiera de esas abuelas y abuelos que desde Octubre de este año han empezado a venir a mis clases de danza. Ellas, y también ellos, están siendo para mi toda una lección de alegría, de coraje, de serenidad y motivación. Intuyo que más de una y de uno debe estar pasando por historias personales de todos los colores. En ocasiones sus ojos y labios hablan, aunque no sea con palabras, y hablan de tristeza, de dolor, de decepción, pero aún así allí están todos los días, con infinitas ganas de dejar pasar página a todo aquello y quedarse con el disfrute de reir y bailar.

Ellas podrían contarnos historias...,tantas historias..., y creo que muchas de ellas tendrían conclusiones parecidas a: "Asi es que déjate de tonterías y no pierdas tu tiempo".

Quien crea que la madurez no es bella está muy equivocada. Quien opine que la hermosura sólo tiene que ver con la juventud es que no ha encontrado aún cual es el verdadero sentido de la palabra "hermosura".

Yo estoy teniendo la suerte de compartir las mañanas y tardes de danza con seres muy, muy hermosos.
Su belleza tiene que ver con esa capacidad de reir a pulmón batiente, sin importarle ya las apariencias. Su belleza tiene que ver con esa capacidad de dar y recibir un abrazo sin miedo a lo que puedan pensar de tí. Tiene que ver con esa capacidad de estar en el presente más absoluto, por que el mañana...el mañana no importa. Tiene que ver con la belleza que te aporta el haber pasado, y superado con éxito tantas, tantas experiencias que podrías escribir varios libros con todas ellas.
El cuerpo empieza ya a no acompañar a veces.
En ocasiones la energía que rebosa en sus corazones es más de la que pueden expresar con sus brazos y piernas, pero..., ¡esas miradas! ¡Esas miradas están tan llenas de vida!
A veces puedo sentir su dolor en mis propios hombros y rodillas, y entonces adapto el movimiento que les invito a hacer a lo que creo que puede ser más amable para sus cuerpos.


Por si aún me quedaba alguna duda, ahora lo tengo claro de verdad: La verdadera belleza no tiene nada que ver con la edad. Cada etapa de la vida tiene algo..., algo especial, mágico e irrepetible. Cada momento tiene una hermosura única que sólo nos tenemos que atrever a sentir.
Y para danzar..., para danzar no es necesario ni mucho menos tener uno de esos cuerpos imposibles que nos quieren vender en los medios de comunicación (o debería llamarlos mejor "medios de incomunicación?).
¡Mentira! ¡Todo una cruel mentira!
Para danzar, sólo necesitamos estar vivas. Nada más que eso... Nada más y nada menos....

¿De mayor? De mayor yo quiero ser como mis yayas...

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